El Coprofílico Reino del Miedo y La Irremediable Historia Cíclica

Hace casi dos semanas estaba seguro de lo que tenía en mi mente. Hace dos semanas estaba seguro de mi opinión de lo sucedido hace tres. Había dicho que iba a esperar a que la última fase de este bizarro momento terminase o al menos diera inicio. Bueno, pues el último round ya comenzó y no parece haber una fecha cercana a su culminación.

También me alegro mucho de no haber tenido que tragarme, no todas, pero sí una parte bastante considerable de las palabras que seguramente habría escupido sobre este espacio, pues ciertas situaciones han sucedido que me han hecho reflexionar si realmente tod@s (este bastardo tecleador incluido) somos la piltrafa social que hace 15 días juraba - sobre la tumba de mi futura aparición en este mundo - que eramos.

Caería en la mentira si asegurara que esa idea ha desaparecido completamente. Aún creo que somos una piltrafa social, pero al menos ya no creo que lo somos todo@s, ni tampoco creo que lo somos por los motivos que me venían a la cabeza.

Y es que, muy en el fondo de mi visceral pensamiento, no puedo dejar de tener cierta repulsión hacia aquellos que, ejerciendo un derecho que han demostrado no estar preparados para tener, despertaron en los pseudo humanos cuerpos que dominan el destino de nuestras vidas como sociedad, la adicción de engañarnos nuevamente a nivel masivo.

Porque si algo no ha cambiado en mi enferma visión de la realidad que vivimos, es el hecho de que, si los canibales de poder han tenído la osadía de querenos ver nuevamente la cara de pendejos, ha sido porque todavía existen muchas, muchísimas personas en este mundo, y específicamente en este país, que son capaces de tragarse toda la mierda que arrojan los medios sin tener la dignidad de intentar generar tantita sinapsis, embriagados en una de las más asquerosas escenas copofílicas que harían bochornar a De Sade.

Me mantengo en la idea de que ahí estamos muchos, esperando a ser usados cual vil letrina en el hoyo más profundo de nuestra dignidad intelectual, por aquellos perros que se han atrevído a colocarnos una correa a través de unos cuantos rayos catódicos para que tengan el descaro de imponeros la forma de vivir nuestra vida.

Ni siquiera Asimov podría haber soñado una paradoja tan grande: los propios avances y distribución de la información a través de la tecnología, inundando nuestras mentes con mierda disparada por doquier que nos hace retrocoder unos cuantos eslabones en la cadena evolutiva...

Y, siguiendo con la referencias, ni el mismo Orson Welles y sus invasiones interespaciales evidenciaron de forma tan clara la infinita magnitud que puede alcanzar la estupidez humana ante los burdos títeres apocalípticos que insisten en vendernos a través de los medios.

Todavía persiste hasta hoy la duda de qué fue lo que más atónito y decepcionado me dejó: la patética estratégia con la cual nos querían hacer parte de su charada teatral de un país devastado por los peligros que un solo ser representaba para más de 100 millones, o que, ante tan increiblemente estúpidos argumentos, hubiera quien se lo creyó...

Pero no, hoy no los odio: Hoy no tengo rencor hacía aquellas mentes enclenques que se orinaron de miedo sobre su digidad al votar por un ultraderechista bajo la política del miedo (justo como gobierna el cromagnon que los gringos tienen por presidente)... hoy no los odio por su pendejéz infinita... hoy no los odio por, con su miedo infundado, haber ayudado a allanar el camino de una nueva burla a la nación... hoy me dan lástima.

Hoy me dan lástima aquellos que no fueron lo suficientemente evolucionados para reflexionar lo hilarante que suena pensar en que un solo hombre sea capaz crear el apocalipsis (no mamen, ¿osease que el tabasqueñito es el anticristo?, ¿o cómo?)...

Hoy me dan lástima aquellos que bajo la absolutamente falsa premisa de perder su casita, han entregado el país y el futuro a un puñado de mentes enfermas y cerradas (como los tres cochinitos: no lobo! no volarás mi reinito de paja!!)...

Hoy me dan lástima aquellos que bajo el engañoso horror de perder la harapienta camisa que compraron después de 70 años de robo y 6 de estupidez, han dejado caer sus pantalones y se preparan a ser sodomizados por las hordas torquemadistas que se mamarán los recursos del país y seguirán sosteniéndolo con los alfileres que significan las remesas que mandan aquellos que se han largado a un lugar que los odia, pero que también votaron en su mayoría por la continuidad de un gobierno que los orilló a dejar su tierra.

Y Sí, todo eso conservo en mi visión hasta hoy... La diferencia, es que "Hoy" me doy cuenta de que no tod@s somos así.

Porque existe todo un movimiento de personas que, en mayor o menor grado, no están dispuestos a seguir siendo tratados como imbéciles, que saben que la avalancha de mierda mediática solo se puede evitar con la cultura y el razonamiento y, lo más importante, que están dispuestos a llegar hasta donde sea necesario para que su voluntad, su deseo, su dignidad como personas, como pueblo, como nación, sea respetada.

Y No, para todos aquellos que piensen que no soy más que otro pinche comunista rojillo extremoso y valemadrista, déjenme aclarar que esto dejó de tener colores justo en el momento en que unos cuantos zánganos canibales de poder decidieron que tenían derecho de tratarnos como estúpidos. Que esto dejó de ser cuestión de política y se volvió cuestión de amor a nuestro país, justo en el momento en que un puñado de monos mal evolucionados creyeron que el dinero les daba el derecho de sentirse humanos civilizados y dueños de nuestra voluntad.

Esto no es porque yo crea que aquel que fue capaz de unir la voz de millón y medio en las calles sea la solución.. tal vez no lo sea, probablemente no es el mesías que nos llevará a la felicidad; estoy seguro que no y nadie me convencerá de lo contrario. Pero lo que TOD@S tenemos que tener absolutamente claro, es que él es el que la mayoría quiere que gobierne y nadie, por muy salvajemente poderoso o asquerosamente millonario que sea, tiene el derecho de imponer a un cerdo cuasi amaestrado para confundirse entre los humanos para dirigir nuestro país hacia el fondo de la mierda ultraderechista.

A pesar de ello, a pesar de que la razón está con aquellos que no se dejan aplastar por el yugo del cuarto poder, probablemente ya no haya marcha atrás en este abominable camino al que nos han llevado.

Probablemente ellos ganarán y abrirán las puertas a un nuevo régimen que reinará a través del miedo y hundirá en un mar de mierda a aquellos que se atrevan a pensar diferente.

Probablemente el sueño de la justicia y legalidad ha muerto... pero, en palabras de Emiliano Zapata, es mejor morir de pie que vivir de rodillas... y nuestros sueños morirán en nombre de nuestra diginidad.

Sólo que en este mundo la historia es cíclica...
y en este país, cada 100 años estalla la revolución...