El Equilibrista (parte 5: Yo, Equilibrista)
Y mientras sigo buscando la forma de emprender la inmediata, necesaria y graciosa huída de esta tierras de formalidad y polietileno, navego en las profundidades de esta vida superficial y de mi hueco entendimiento hacia la misma. Sin embargo, mientras ese momento llega, y sin importar cuánta tranquilidad se respire a mi alrededor, nunca falta el juicio al equilibrista: desde hace unas semanas, algunas buenas personas me cuestionan la creación de estos lugares donde residen estos textos sin sentido... No pareces ser de los que necesitan estas cosas. / No logro entender bien a qué te refieres con tanta analogía, si de todas formas ya estas en esto, ¿por qué no hablar claro? / ¿qué haces tú, TÚ, refugiadonte en divinidades? / usted y su terquedad por estas cosas religiosas... Miro hacia atrás y no puedo más que ver la bruma de la decepción en este sendero específico: vivo con toda intención de entablar lazos con la locura y el éxtasis que tengo en un pedestal. Dicha bruma siempre ha tenid