La única luz ante mis ojos
La tentación perversa de cerrar mi escape virtual de la realidad ha aumentado considerablemente. Tal vez esa sea la razón por la cual ya no regreso. mmm... tal vez no la razón sino la consecuencia, la apertura mental que suelo enfrentar, el placentero crujir de mi frente en dos para dejar escapar la presión de la caldera de insensateces que se cultivan en el tope de mi ser... Tal vez el miedo frontal que me aqueja cuando me doy cuenta de que estoy tratando de ser sincero, de dejar que todo fluya, de dejar que ningún tipo de traba moral o social se interponga en la liberación de todo aquello que yace ansioso de emerger a la superficie gris de mi ambiente. Sea lo que sea, al final, cuando creo que este punto de fuga en forma de bytes debería terminar, estoy de regreso... atrás quedan los deseos de comprensión y objetividad por descubrir que no vale la pena, que el frágil equilibrio que inunda nuestro mundo personalizado se ha vuelto igual que aquel que va a tu lado en el camino a tu monó