Hay un gran concierto en los cielos...
Ayer no funcionaba la configuración de mi Yamaha. Se negaba a operar. Estaba de luto y yo no sabía por qué.
Se fue Wright, opacado en vida por los dos divos de las 6 y 4 cuerdas delante de él. Tal vez por ello pocos lamentarán o entenderán la pérdida.
Pero aquellos que modestamente anunciamos al mundo que estamos vivos a través de 5 octavas en blancas y negras y un micrófono enfrente, estamos de duelo.
Aquel Hammond se ha quedado solo. Hoy este Yamaha se quedarán en silencio. Mañana y en adelante, honrará ese legado.
Hoy hay un gran concierto en el cielo... y por siempre lo habrá....