Aquí Estoy
Aquí estoy…
Si… casi un mes otra vez… y si bien es cierto que el tiempo no ha sido amable conmigo, la absoluta verdad es que no estaba seguro de si tenía ganas de continuar utilizando y escribiendo en este espacio que no tengo ni la menor idea de si alguien consulta… y en un arranque de sinceridad, he de confesar que llegué a no estar seguro de si tenía ganas de continuar con todo lo demás.
Todo lo siguiente es una expresión no programada... no busquen lógica racional, porque es un reflejo de todo lo que pasa en mi mente después de la tormenta perfecta que segó mi horizonte: cero trivialidades anteriores, que rápido cae uno ante pequeños huecos antes de enfrentarse brutalmente al abismo.
¿Saben? Aun no estoy muy seguro... y a casi tres semanas de que mi vida sufriera esa alteración, aun no se como me siento, aun no se si podré o no podré... pero hasta ahora todo marcha en orden… es la primera vez que me doy cuenta de que las cosas tienen que cambiar si no quiero que se me acabe el tiempo de este karma.
No puedo recordar bien si justo en ese momento me vi sorprendido… en el fondo creo que ya lo esperaba… todo en mi percepción se debilitaba, así como el coraje de seguir adelante.
Ante la confirmación, no todo fue desolación. El perverso sentimiento de ser un testigo invisible de la caída personal, es una fantasía retorcida que todos en algún momento de nuestra vida tenemos, pero que no contamos con la seguridad de confirmar si tendríamos el valor para hacerlo realmente.
Pensé que me caería más de lo normal… y probablemente así fue, sólo que esta vez la estructura no se rompió por lo más delgado, sino por el cascarón.
En uno de los tantos y lagos momentos de auto exploración de los demonios de mi mente, surgieron por igual escapes rápidos y caminos más intrincados. Uno no suele valorar lo hermoso que es la mente humana: de un minuto a otro se puede viajar desde el sentimiento más lúgubre hasta el perfecto status de iluminación, de la agonía a la soledad, de la melancolía a la furia, de resentimiento a la autolástima y de la locura hacia la paz.
Insisto: aun no puedo concluir que hay adentro, que extraña mirada alternativa se esta forjando en mi bizarra psique… probablemente nunca habrá concilio entre las tarántulas que construyen las telarañas de mi cordura. Siempre existirán momentos de madurez y desesperación, de flaqueza y de sueños de dominación… y a pesar de que este momento de irreflexión me llevo a la única decisión de mantener este karma desenvolviéndose, no puedo dejar de recordar, de todo este desbarajuste de sentimientos mal reflejados en este intento de expresión escrita, el momento en el cual sabía que, sin importar si el camino desaparecía más adelante, o se volvía llano, no tenia más remedio – no confundir con voluntad - de seguir caminando.
Mi último post en este sitio de autoflagelación cibernética me mostraba alguien orgulloso de la última gran decisión que tomo al abandonar la lóbrega y vacía vida. Aquí estaba yo dándome de gran equilibrista de la vida en trivialidades del momento… hasta que la cuerda dejo de moverse y simplemente despareció. Pero, aun dentro de mi desconfianza al repetirme un mantra digno de mi nueva filosofía, no dudaba que esto era un ejercicio más allá de un castigo divino. Era la oportunidad de crear un nuevo ser dentro de este ente corrupto de mierda hueca, social e imposiciones. Una oportunidad para corregir lo que por las buenas jamás hubiera corregido y para mirar hacia un futuro que en el fondo sabía que no quería recorrer.
Todavía no sé que viene... aún no se si podré volverme a sentar al pie de mi árbol a meditar o si las olas del rabioso mar que yo mismo me encargué de encolerizar inundarán sus raíces. Tengo miedo, pero no de lo que esta pasando, sino de no ser lo suficientemente capaz de resistir los ataques que provendrán de mí mismo. Esta vez no queda más camino que dejar atrás las fauces llenas de lágrimas de mi omnipresente demonio… y eso es algo que agradezco de todo esto. Sin semejante golpe, jamás lo hubiera siquiera intentado… sin la luz que encontré a mediados de año, me hubiera derrumbado... tal vez los cimientos no están intactos, pero sigo en pie… sin equilibrio, sin caminos reales recorridos, sin luz interna ni alineación… Pero sigo en pie.
Jamás ha habido balance... ahí yace la belleza de todo. No se si estoy listo para borrar de tajo el libro negro de mis agresiones, pero es el momento de escribir un nuevo comienzo para la comedia que he llevado por vida.
Solo queda renacer sin haber muerto, o morir con la vida fluyendo…
… Aquí Estoy.
Si… casi un mes otra vez… y si bien es cierto que el tiempo no ha sido amable conmigo, la absoluta verdad es que no estaba seguro de si tenía ganas de continuar utilizando y escribiendo en este espacio que no tengo ni la menor idea de si alguien consulta… y en un arranque de sinceridad, he de confesar que llegué a no estar seguro de si tenía ganas de continuar con todo lo demás.
Todo lo siguiente es una expresión no programada... no busquen lógica racional, porque es un reflejo de todo lo que pasa en mi mente después de la tormenta perfecta que segó mi horizonte: cero trivialidades anteriores, que rápido cae uno ante pequeños huecos antes de enfrentarse brutalmente al abismo.
¿Saben? Aun no estoy muy seguro... y a casi tres semanas de que mi vida sufriera esa alteración, aun no se como me siento, aun no se si podré o no podré... pero hasta ahora todo marcha en orden… es la primera vez que me doy cuenta de que las cosas tienen que cambiar si no quiero que se me acabe el tiempo de este karma.
No puedo recordar bien si justo en ese momento me vi sorprendido… en el fondo creo que ya lo esperaba… todo en mi percepción se debilitaba, así como el coraje de seguir adelante.
Ante la confirmación, no todo fue desolación. El perverso sentimiento de ser un testigo invisible de la caída personal, es una fantasía retorcida que todos en algún momento de nuestra vida tenemos, pero que no contamos con la seguridad de confirmar si tendríamos el valor para hacerlo realmente.
Pensé que me caería más de lo normal… y probablemente así fue, sólo que esta vez la estructura no se rompió por lo más delgado, sino por el cascarón.
En uno de los tantos y lagos momentos de auto exploración de los demonios de mi mente, surgieron por igual escapes rápidos y caminos más intrincados. Uno no suele valorar lo hermoso que es la mente humana: de un minuto a otro se puede viajar desde el sentimiento más lúgubre hasta el perfecto status de iluminación, de la agonía a la soledad, de la melancolía a la furia, de resentimiento a la autolástima y de la locura hacia la paz.
Insisto: aun no puedo concluir que hay adentro, que extraña mirada alternativa se esta forjando en mi bizarra psique… probablemente nunca habrá concilio entre las tarántulas que construyen las telarañas de mi cordura. Siempre existirán momentos de madurez y desesperación, de flaqueza y de sueños de dominación… y a pesar de que este momento de irreflexión me llevo a la única decisión de mantener este karma desenvolviéndose, no puedo dejar de recordar, de todo este desbarajuste de sentimientos mal reflejados en este intento de expresión escrita, el momento en el cual sabía que, sin importar si el camino desaparecía más adelante, o se volvía llano, no tenia más remedio – no confundir con voluntad - de seguir caminando.
Mi último post en este sitio de autoflagelación cibernética me mostraba alguien orgulloso de la última gran decisión que tomo al abandonar la lóbrega y vacía vida. Aquí estaba yo dándome de gran equilibrista de la vida en trivialidades del momento… hasta que la cuerda dejo de moverse y simplemente despareció. Pero, aun dentro de mi desconfianza al repetirme un mantra digno de mi nueva filosofía, no dudaba que esto era un ejercicio más allá de un castigo divino. Era la oportunidad de crear un nuevo ser dentro de este ente corrupto de mierda hueca, social e imposiciones. Una oportunidad para corregir lo que por las buenas jamás hubiera corregido y para mirar hacia un futuro que en el fondo sabía que no quería recorrer.
Todavía no sé que viene... aún no se si podré volverme a sentar al pie de mi árbol a meditar o si las olas del rabioso mar que yo mismo me encargué de encolerizar inundarán sus raíces. Tengo miedo, pero no de lo que esta pasando, sino de no ser lo suficientemente capaz de resistir los ataques que provendrán de mí mismo. Esta vez no queda más camino que dejar atrás las fauces llenas de lágrimas de mi omnipresente demonio… y eso es algo que agradezco de todo esto. Sin semejante golpe, jamás lo hubiera siquiera intentado… sin la luz que encontré a mediados de año, me hubiera derrumbado... tal vez los cimientos no están intactos, pero sigo en pie… sin equilibrio, sin caminos reales recorridos, sin luz interna ni alineación… Pero sigo en pie.
Jamás ha habido balance... ahí yace la belleza de todo. No se si estoy listo para borrar de tajo el libro negro de mis agresiones, pero es el momento de escribir un nuevo comienzo para la comedia que he llevado por vida.
Solo queda renacer sin haber muerto, o morir con la vida fluyendo…
… Aquí Estoy.