El Equilibrista: (parte 11: Regeneración... Tal Vez?)
A todo@s los que me conocen, estoy seguro que esto es una grandísima revelación: adoro la musica... la respiro, la necesito, la añoro en el silencio, en su ausencia ... es capaz de llenarme de adrenalina pura, dejarme sin aire y arrancarme varias lágrimas... pero algo que me hace poner esta bella arte en un pedestal, es todo aquello que logra despertar dentro de mí.
Hay mucho de mí que valoro, otro tanto que aborrezco y un puñado más que de plano me aterra un poco, pero si de algo estoy bien seguro, es de que, si lo mejor de mi persona alguna vez se ha visto reflejado hacia el exterior, ha sido gracias al melomaniaco alter ego de este equilibrista.
Pero bueno, esto no es para declarar mi amor por enésima vez...
Desde que este año arrancó y con ello me quité de encima la autoflagelación de mantenerme alejado de aquello que más me llena, al mismo tiempo ha crecido en mi interior cierto rencor hacia varias cosas relacionadas, varios cabos sueltos que me tragué en su momento y que, ante la imperiosa necesidad que tengo por liberar mi nueva entidad melómana, se han fortalecido.
Digo, no estoy con ganas de romeprle la madre a alguien, pero definitivamente estoy enojado. Enojado de no poder liberar en su forma más pura cada viaje sónico, de que mi inventiva vaya más rápido que mi capacidad de plasmar las cosas, y probablemente eso ha hecho que todo aquello que en su momento me tragué, ahora no pueda reternerlo más.
Su propagación era inevitable.. y en esas me encuentro, desencajado, gris, harto y enfermo física y psicológicamente, cuando de repente.. todo cambia.
Y así, de buenas a primeras, todo queda atrás. Porque los susurros de mis demonios que se han convertido en la banda sonora de mi monótona rutina, se ven interrumpidos por la repentina aparición de una orgásmica representación de cómo arrancarle las trabas a la pasión y hacerla girones poco a poco, muy poco a poco, hasta convertirla en música...
Y entonces ya nada importa y todo el dolor se alivia... estoy renovado y Maybe? en su interpretación más desgarradora, a los pies de 65 millones de metros cúbicos, sigue y sigue...
Para cuando termine, tal vez recuerde que todo vale la pena por la pasión, por esa pasión sin la cual no puedo seguir adelante... y aun cuando fisicamente fuera posible sobrevivirla, sucede que, simplemente no quiero hacerlo...
Hay mucho de mí que valoro, otro tanto que aborrezco y un puñado más que de plano me aterra un poco, pero si de algo estoy bien seguro, es de que, si lo mejor de mi persona alguna vez se ha visto reflejado hacia el exterior, ha sido gracias al melomaniaco alter ego de este equilibrista.
Pero bueno, esto no es para declarar mi amor por enésima vez...
Desde que este año arrancó y con ello me quité de encima la autoflagelación de mantenerme alejado de aquello que más me llena, al mismo tiempo ha crecido en mi interior cierto rencor hacia varias cosas relacionadas, varios cabos sueltos que me tragué en su momento y que, ante la imperiosa necesidad que tengo por liberar mi nueva entidad melómana, se han fortalecido.
Digo, no estoy con ganas de romeprle la madre a alguien, pero definitivamente estoy enojado. Enojado de no poder liberar en su forma más pura cada viaje sónico, de que mi inventiva vaya más rápido que mi capacidad de plasmar las cosas, y probablemente eso ha hecho que todo aquello que en su momento me tragué, ahora no pueda reternerlo más.
Su propagación era inevitable.. y en esas me encuentro, desencajado, gris, harto y enfermo física y psicológicamente, cuando de repente.. todo cambia.
Y así, de buenas a primeras, todo queda atrás. Porque los susurros de mis demonios que se han convertido en la banda sonora de mi monótona rutina, se ven interrumpidos por la repentina aparición de una orgásmica representación de cómo arrancarle las trabas a la pasión y hacerla girones poco a poco, muy poco a poco, hasta convertirla en música...
Y entonces ya nada importa y todo el dolor se alivia... estoy renovado y Maybe? en su interpretación más desgarradora, a los pies de 65 millones de metros cúbicos, sigue y sigue...
Para cuando termine, tal vez recuerde que todo vale la pena por la pasión, por esa pasión sin la cual no puedo seguir adelante... y aun cuando fisicamente fuera posible sobrevivirla, sucede que, simplemente no quiero hacerlo...