...Hacia las Entrañas de la Perdición.
Agobiado por demonios que rodean la fertilidad de las raíces de un recién plantado árbol de la meditación, me resigno, y me alíneo ante ángeles caídos que no tendrían por qué estar aquí...
Las distintas cargas del balance kármico no parecen entender que es necesario estabilizarse para sobrevivir...
¿Por qué he de caer ante lo que ni siquiera estoy peleando?
¿Por qué decidí tomar un camino que se encuentra lejos de mi sendero forjado?
Y lo que resulta peor... ¿cómo carajos llegué hasta este camino?
Por naturaleza (léase: por pendejo), el ser humano tiende a buscar el autosabotaje. No hay forma de obtener paz. Caray! ya no hablemos de concursos de belleza donde tod@s desean la paz del mundo... hablo de la tranquilidad humana.
La gente ha dejado de buscar la felicidad... ahora se conforma con la calma... y aun asi, hacemos todo lo que esta en nuestras pezuñas de guey para joder lo poco que hemos construido.
¿pesimista? ¿amargado?
¿crees estar más cuerd@ que yo?
Piérdete en la tormenta de emociones que tienes sobre los hombros y descubre el sinnúmero de veces que, cuando las cosas pintan bien, te las has ingeniado para hacer pedazos tu equilibrio...
Mirame:
Mírame a través de la confianza (tal vez altanería) que desbordan tus pupilas hacia estas líneas:
Caí en estado de locura por la negativa de una pregunta que no formulé hacia un ser que no se enreda en la ramas de éste árbol.
Caí en la desesperación por la indiferencia de un ser que ignora el asentamiento de estas raíces.
Caí en el auto olvido por el silencio de una voz que no se pierde entre estas hojas.
Perdí miserablemente una batalla que nunca luché...
He caído...
Me he perdido...
Y ya me levantaré... Porque si el cielo es el límite, el suelo es la frontera.
Mientras arranco mi voluntad de las entrañas de la perdición, sigo tratando de entender qué carajos ha pasado.
...
Mírame otra vez:
Mírame otra vez mientras procesas la proyección de tus demonios en la intrascendencia de mi vida.
Contemplo, tal vez sólo imagino, el vacío de tu mirada a través de mis marchitos ojos de cristal...
Las distintas cargas del balance kármico no parecen entender que es necesario estabilizarse para sobrevivir...
¿Por qué he de caer ante lo que ni siquiera estoy peleando?
¿Por qué decidí tomar un camino que se encuentra lejos de mi sendero forjado?
Y lo que resulta peor... ¿cómo carajos llegué hasta este camino?
Por naturaleza (léase: por pendejo), el ser humano tiende a buscar el autosabotaje. No hay forma de obtener paz. Caray! ya no hablemos de concursos de belleza donde tod@s desean la paz del mundo... hablo de la tranquilidad humana.
La gente ha dejado de buscar la felicidad... ahora se conforma con la calma... y aun asi, hacemos todo lo que esta en nuestras pezuñas de guey para joder lo poco que hemos construido.
¿pesimista? ¿amargado?
¿crees estar más cuerd@ que yo?
Piérdete en la tormenta de emociones que tienes sobre los hombros y descubre el sinnúmero de veces que, cuando las cosas pintan bien, te las has ingeniado para hacer pedazos tu equilibrio...
Mirame:
Mírame a través de la confianza (tal vez altanería) que desbordan tus pupilas hacia estas líneas:
Caí en estado de locura por la negativa de una pregunta que no formulé hacia un ser que no se enreda en la ramas de éste árbol.
Caí en la desesperación por la indiferencia de un ser que ignora el asentamiento de estas raíces.
Caí en el auto olvido por el silencio de una voz que no se pierde entre estas hojas.
Perdí miserablemente una batalla que nunca luché...
He caído...
Me he perdido...
Y ya me levantaré... Porque si el cielo es el límite, el suelo es la frontera.
Mientras arranco mi voluntad de las entrañas de la perdición, sigo tratando de entender qué carajos ha pasado.
...
Mírame otra vez:
Mírame otra vez mientras procesas la proyección de tus demonios en la intrascendencia de mi vida.
Contemplo, tal vez sólo imagino, el vacío de tu mirada a través de mis marchitos ojos de cristal...