Deus Ex Musica
viernes 28, en algún lugar del Campo de Batalla...
La hora ha llegado... otra vez es tiempo de dejar atrás la existencia que vivo bajo los cánones de una vida prediseñada por otros... pero esta vez no estoy bien. Tengo miedo que el escape ya no funcione: pienso en el mañana y sé lo que vendrá.
No soy ese, no estoy ahí. No tengo alas para huir de mi realidad. No tengo oxígeno para respirar fuera del pantano... veo venir el dolor, pienso en la poca fuerza de voluntad que me quedará el día de mañana para verme a la cara en el espejo y mis sueños de forjador de destinos comienzan a marchitarse sin siquiera comenzar el ritual.
Ya estoy arriba. Ya estoy a lado de ellos, aquellos que esperan que haga lo necesario para que ellos también decapiten sus propios demonios. Ahora estoy aterrado: me iré al fondo de nuestra realidad y me los voy a llevar conmigo.
Y entonces sucede: descubro que ellos no ven mi terror, no se dan cuenta de mi dolor por lo que seré mañana en esa vida prediseñada. Nadie en ese momento veía lo que yo no dejaba de ver en mí mísmo.
Es ahi donde lo entiendo: definitivamente NO soy el mismo. En ese momento no soy el que se hundirá en el pantano en unos días, justo ahí no soy el redactor de esperanzas rotas, justo ahí ha muerto y justo ahí soy todo lo que siempre he deseado ser... el terror se diluye. Es ahí cuando miro al frente. Cerca de una centena de seres esperan que, sin importar como, los hagamos salir de la misma vida prediseñada de la cual estamos huyendo todos y logremos aplastarla, al menos por ese mismo instante...
La oscuridad de la realidad se convierte en en cataclismo de luz que deja ciegos a mis demonios de mañana... y entonces la música aparece, la pasión se hace presente y la batalla comienza.
Aquí estoy, lejos de todo, lejos del lodo... la mugre se evapora ante la pureza del arte, mis sueños han vuelto, mi fé en mi ser se fusiona con el furor y la adrenalina, entre la locura y el éxtasis. Mi exorcismo es mi voz, mi liberación son los compases a mi lado, mi catársis son los gritos de adelante, mi orgasmo es el orgasmo de todos...
Sólo soy un ser solo. No sé que hay allá fuera, no sé que hay al final o al principio, sólo se que, en caso de que exista algo o álguien más grande que yo y todos nosotros, no puedo tener el descaro de no agradecer a eso o a ese, y a todas la fuerzas del universo y la naturaleza, cada centésima de segundo que el sonido melódico y frenético explota dentro mi ser y fluye a través de todas las ondas sonoras que mi voz alcanza e invade...
No soy ese, no estoy ahí. No tengo alas para huir de mi realidad. No tengo oxígeno para respirar fuera del pantano... veo venir el dolor, pienso en la poca fuerza de voluntad que me quedará el día de mañana para verme a la cara en el espejo y mis sueños de forjador de destinos comienzan a marchitarse sin siquiera comenzar el ritual.
Ya estoy arriba. Ya estoy a lado de ellos, aquellos que esperan que haga lo necesario para que ellos también decapiten sus propios demonios. Ahora estoy aterrado: me iré al fondo de nuestra realidad y me los voy a llevar conmigo.
Y entonces sucede: descubro que ellos no ven mi terror, no se dan cuenta de mi dolor por lo que seré mañana en esa vida prediseñada. Nadie en ese momento veía lo que yo no dejaba de ver en mí mísmo.
Es ahi donde lo entiendo: definitivamente NO soy el mismo. En ese momento no soy el que se hundirá en el pantano en unos días, justo ahí no soy el redactor de esperanzas rotas, justo ahí ha muerto y justo ahí soy todo lo que siempre he deseado ser... el terror se diluye. Es ahí cuando miro al frente. Cerca de una centena de seres esperan que, sin importar como, los hagamos salir de la misma vida prediseñada de la cual estamos huyendo todos y logremos aplastarla, al menos por ese mismo instante...
La oscuridad de la realidad se convierte en en cataclismo de luz que deja ciegos a mis demonios de mañana... y entonces la música aparece, la pasión se hace presente y la batalla comienza.
Aquí estoy, lejos de todo, lejos del lodo... la mugre se evapora ante la pureza del arte, mis sueños han vuelto, mi fé en mi ser se fusiona con el furor y la adrenalina, entre la locura y el éxtasis. Mi exorcismo es mi voz, mi liberación son los compases a mi lado, mi catársis son los gritos de adelante, mi orgasmo es el orgasmo de todos...
Sólo soy un ser solo. No sé que hay allá fuera, no sé que hay al final o al principio, sólo se que, en caso de que exista algo o álguien más grande que yo y todos nosotros, no puedo tener el descaro de no agradecer a eso o a ese, y a todas la fuerzas del universo y la naturaleza, cada centésima de segundo que el sonido melódico y frenético explota dentro mi ser y fluye a través de todas las ondas sonoras que mi voz alcanza e invade...
¿A quién carajos le importa el día de mañana?