De Sueños Utópicos y Glorias Vanales...
Dejando atrás el luto de mi pecado metálico, he de retomar la secuencia de actualización de este espacio... y es precisamente a través de mis viajes mentales hacia el pasado, cuando uno descubre la pobreza espiritual que cargamos y lo paupérrimo de las satisfaciones de este mundo bizarro...
Realmente han sido pocas, muy pocas la veces que me he arrepentido de las decisiónes tomadas. Y aun en ellas, creo que no es precisamente arrepentimiento lo que me invade, pues cada uno de esos caminos mal elegidos me han traído, para bien y para mal, justo a donde me encuentro actualmente.
Hace 7 años tomé una decisión que, en aquel entonces, parecía trascendental... el resultado: La mejor elección jamás tomada. La vida que se desenvolvió ante mí después de eso no la cambiaría por nada. Con todo y los errores que cometí y sigo cometiendo.
El por qué, es de fácil resolución: las cosas que más aprecio, los momentos que más recuerdo, el estar presente en el fin de una vida parte de la mía, todo eso se generó en esa etapa. Simplemente por eso.
Aún así, gente cercana y querida y lejana y no tan querida, siempre cuestionó esa decisión. Existió el apoyo, pero no la comprensión. Cuando regresé y las cosas seguían estando bien para mí, no dejaba de sentir esa carga de prejuicio y compromiso sobre mi espalda.
Para entonces, yo ya tenía bien definida la vanalidad de aquella trascendente decisión, pero tenía que seguir liberando mi alma de semejante obligación, por lo mismo que sigo haciendolo actualmente con otras cosas: porque para vivir tu vida como quieras, tienes que pagar el precio de cargar una vida prediseñada (¡¡probablemnte si viviera en Praga o Budapest, no estaría extirpando mis demonios a través de este blog!!).
Despues, fueron tres años de preocupación por algo que no me importaba... fueron muchas noches de insomnio por algo que me causa sueño... fue mucho tiempo de estrés e intranquilidad por algo que no significa absolutamente nada para mí, pero que para el mundo que se desarrolla a mi alrededor tiene ese halo de gloria hueca que enorgullese las hipócritas miradas de sus habitantes.
Hace unas semanas, esa carga llegó a su fin. Sentado en la cofradía de la vida prediseñada, mi existencia por fin esta justificada por escrituras sagradas que me apuntan como alguien valioso en sus escencias.
Mientras tanto, mi existencia en el aquelarre de mis sueños sigue imperturbable...
Relajado porque libero mi espalda de un costal de opiniones y posiciones huecas, pero consciente de que sin el más mínimo deseo de hacerlo, tendré que cargar próximamente con los nuevos orgullos de otros, para satisfacer sueños que no me pertenecen y que no están ni remotamente cerca de valer algo comparados con mis ilusiones cada vez menos utópicas...
Realmente han sido pocas, muy pocas la veces que me he arrepentido de las decisiónes tomadas. Y aun en ellas, creo que no es precisamente arrepentimiento lo que me invade, pues cada uno de esos caminos mal elegidos me han traído, para bien y para mal, justo a donde me encuentro actualmente.
Hace 7 años tomé una decisión que, en aquel entonces, parecía trascendental... el resultado: La mejor elección jamás tomada. La vida que se desenvolvió ante mí después de eso no la cambiaría por nada. Con todo y los errores que cometí y sigo cometiendo.
El por qué, es de fácil resolución: las cosas que más aprecio, los momentos que más recuerdo, el estar presente en el fin de una vida parte de la mía, todo eso se generó en esa etapa. Simplemente por eso.
Aún así, gente cercana y querida y lejana y no tan querida, siempre cuestionó esa decisión. Existió el apoyo, pero no la comprensión. Cuando regresé y las cosas seguían estando bien para mí, no dejaba de sentir esa carga de prejuicio y compromiso sobre mi espalda.
Para entonces, yo ya tenía bien definida la vanalidad de aquella trascendente decisión, pero tenía que seguir liberando mi alma de semejante obligación, por lo mismo que sigo haciendolo actualmente con otras cosas: porque para vivir tu vida como quieras, tienes que pagar el precio de cargar una vida prediseñada (¡¡probablemnte si viviera en Praga o Budapest, no estaría extirpando mis demonios a través de este blog!!).
Despues, fueron tres años de preocupación por algo que no me importaba... fueron muchas noches de insomnio por algo que me causa sueño... fue mucho tiempo de estrés e intranquilidad por algo que no significa absolutamente nada para mí, pero que para el mundo que se desarrolla a mi alrededor tiene ese halo de gloria hueca que enorgullese las hipócritas miradas de sus habitantes.
Hace unas semanas, esa carga llegó a su fin. Sentado en la cofradía de la vida prediseñada, mi existencia por fin esta justificada por escrituras sagradas que me apuntan como alguien valioso en sus escencias.
Mientras tanto, mi existencia en el aquelarre de mis sueños sigue imperturbable...
Relajado porque libero mi espalda de un costal de opiniones y posiciones huecas, pero consciente de que sin el más mínimo deseo de hacerlo, tendré que cargar próximamente con los nuevos orgullos de otros, para satisfacer sueños que no me pertenecen y que no están ni remotamente cerca de valer algo comparados con mis ilusiones cada vez menos utópicas...