¿Verdad que la candidata es la Neta?
Columna pubicada originalmente en Milenio Hidalgo
El camino a la gubernatura del estado terminará siendo un paseo dominguero comparado con la salvaje carrera preliminar que los frentes políticos están llevando a cabo. Aun cuando todo parece indicar que los vientos de cambio todavía no se asomarán por Hidalgo, el brutal asalto no cesa: Mientras que el flanco priísta vive su guerra secreta donde al final a los contrincantes no les quedará más remedio que la alineación a lo que el “gran oráculo” determine, del otro lado de la trinchera, la guerra más fuerte es para no matarse entre ellos.
Ahí está el gran bloque, absolutamente surrealista si se analizan sus ideologías, y aún así, necios a que esa unión es el camino que los llevará al poder. Y es precisamente ese encontronazo de ideas lo que los ha orillado a seguir el único sustento coherente que les queda: buscar en los números y las estadísticas, la lógica que su idiosincrasia partidista se ha negado a darles.
Así pues, r