Soundtrack Subliminal 2011 (Melodic Metal)
Seguimos con el Melodic Metal (Power, True, Heavy):
| |||
Si usted mi estmado lector jamás había oído de Falconer, no se preocupe, casi nadie lo ha hecho. Pero si usted también es un fan del Melodic Metal, ha cometido un gran error. Para éste su séptimo disco, los suecos decidieron mandar al diablo la idea de abrirse a nuevos mercados, hicieron su álbum más riffero con una base rítmica aplastante, con mayor énfasis en el Folk y totalmente cantado en su lengua nativa; y el resultado es probablemente el mejor álbum de la banda. Rompieron muchos esquemas del Power y resultó ser uno de esos discos que siguen manteniendo a flote este subgénero moribundo. |
| |||
Si son fans del Melodic desde los 90, seguramente saben quienes son Royal Hunt y DC Cooper. En cuanto dejaron de trabajar juntos, algo pasó que simplemente se perdieron en el Under. Y aunque ninguno de los dos dejó de hacer trabajos muy recomendables por separado, hay ocasiones en que ciertas personas parecen nacer para tocar juntas. Tras más de una década, Cooper volvió a RH y con él, la magia compositiva al virtuoso tecladista André Andersen. Royal Hunt acaba de escribir su mejor disco en 10 años: Hard Rock Melódico con el teclado como protagonista, como casi nadie lo sabe hacer hoy en día. |
| |||
Honestamente, no me lo esperaba. Cada álbum que Iced Earth ha hecho desde el cambio de siglo ha ido bajando poco a poco la calidad, hasta llegar a la mala broma que fue The Crucible of Man. Y la nueva salida del omnipotente Matt Barlow (en mi opinión, uno de los mejores vocalistas del género de todos los tiempos) parecía marcar el fin de una banda que debía haber desaparecido hace años. Quien sabe si fue un golpe de orgullo, un sincero renacer o un madrazo de realidad, pero Jon Schaffer se dejó de arreglos burdos, pseudo mitologías y nacionalismos, y terminó lanzando el más sencillo, pero también el mejor álbum de la banda en el siglo XXI: directo, riffero, y pegadizo: justo lo que hizo grande a Iced Earth... o tal vez, Schaffer simplemente recuperó la inspiración porque, cuando todo parecía terminado, encontró al vocalista | |||
| |||
Este año estaba destinado a ser aquel en el que finalmente, el Melodic Metal se vendría abajo. Al menos yo, había decidido que hasta aquí llegaba escuchando este subgénero... y entonces, Conocí a Powerwolf... ¿Acaso redefinió o reinventó el Power? ¿Lo han modernizado? ¿Han evolucionado su definición musical? La respuesta es muy sencilla: NO... Powerwolf hace un Heavy Melódico muy tradicional, muy directo, con el uso de muchos clichés musicales del Power Metal, sigue al pie de la letra el manual de estructuras del subgénero; pero el pequeño detalle que los diferencia del mar de intrascendenica y mediocridad que es el Melodic Metal hoy en día es simple: son encabronadamente buenos. Toda esa pretención, esa épica que raya en lo ridículo, esos sinfonismos fáciles, simplemente no existen. Powerwolf hace un Metal directo, melódico y captura toda la escencia del mismo. y aun así, tampoco han dejado de lado la originalidad: el inigualable timbre Tenor Lírico del vocalista Atila Dorn, el uso de un Ógano Real de Iglesia y principalmente, que toda su imagen y música esta rodeada de ese imaginario oscuro, blasfemo, maligno y que al final no deja de ser nada más que un fino humor negro: Powerwolf parece caer en cada cliché del Metal, y se burla de él, mientras los ejecuta de forma magistral... Blood of the Saints es volver a lo básico, es recordar porqué era orginalmente tan bueno ser parte de esta cultura / contracultura, despierta en nuestra memoria esa necesidad primitiva por la pasión y la emoción de escuchar una buena canción. Powerwolf logró lo que hacía mucho había dejado de sentir cuando escuchaba un buen disco: sonreir, acelerarme el pulso, adormecerme el cuello, olvidarme de los problemas del mundo, y conforme las canciones pasan, pensar en lo increíblemente hermoso que es ser un orgulloso amante del Heavy Metal y la buena música. |
A DESTACAR TAMBIÉN:
Hammerfall - Infected: quién lo iba a decir, pero Hammerfall se acordó de hacer buenas canciones. Siguen sonando exactamente igual que siempre (tampoco se les puede pedir mucho) pero después de una década de pena ajena, por fin sacaron algo digno de la popularidad que aun tienen. Muy disfrutable.
Serenity - Death and Legacy: No está al nivel de su anterior discazo, pero definitivamente tienen talento. Siguen estando dentro de lo muy poco rescatable de la "nueva ola" del Melodic.
Charred Walls Of The Damned - Cold Winds On Timeless Days: Parece que finalmente se hace justicia con Tim Owens. Heavy Épico muy recomendable, de lo mejor que ha hecho Owens desde que saltó a la fama.
DECEPCIONES:
Warcry - Alfa: el anterior Revolución fue un discazo: diferente pero excelente. Con éste nuevo intentaron "regresarse" a un sonido más power pero, al menos la mitad del disco, es francamente olvidable... tampoco es tan grave: tenía que llegar el día que Víctor García se equivocara.
Como mencioné antes, este parecía ser el año en que finalmente el Power sería enterrado y fue debido a esto:
Symfonia - In Paradisum: que mayor señal puede haber de que el Power está casi muerto, si un ábum con André Matos, Timo Tolkki, Jari Kainulainen (ex stratovarius, ex Evergrey), Mikko Härkin (ex Sonata Arctica) y Uli Kusch (ex Helloween, ex Masterplan), resulta ser tan inesperada e inimaginablemente tan malo... Compuesto casi en su totalidad por Tolkki, el finlandés nos quiso vender por enésima vez el Elements parte 8 o 9... es descarado y casi insultante lo que las canciones se parecen a viejos tracks de Stratovarius. Después de este fracaso, Tolkki declaró que ni los fans, ni los músicos, ni la industria, ni nadie, entendía su música... y se retiró.
Kamelot: Esto era una cronica anunciada: después de más de medio año fuera de las giras y el ojo público, por una supuesta enfermedad (aunque mucho se rumora que es porque se unió a una especie de secta o religión bizarra) Roy Khan enterró de golpe toda una era en el género y se fue de Kamelot. Triste para los que somos fans y, aunque seguramente la banda no tendrá problemas en seguir, es muy simbólico el hecho.
Rhapsody vs Rhapsody: de pena ajena: su último álbum From Chaos to Eternity no es su mejor creación, pero es muy recomendable y un muy buen cierre para una de las sagas épicas más importantes del Power Metal. En vez de comentar eso, todos hablan de la telenovela que vino después con la separación de las dos mentes creadoras, Luca Turilli y Alex Staropoli, cada uno lidereando su propia versión de "Rhapsody" (mismo logo, mismo sonido, mismo baterista). Si esta banda no es una leyenda del Metal, es porque toda la vida se han visto frenados por su peor y más implacable enemigo: ellos mismos.
Continuará...
No dejes de Leer: Prólogo / Alternative / Extreme