La Guerra Interminable
En momentos de debilidad, de absoluta debilidad, me pregunto si de verdad valdrá la pena todo este esfuerzo...
Una vez más y gracias a distintos niveles de ataque a mi aplomo, la música parece ser mi salvación y mi perdición.
La aplastante marea de cotidianeidad y responsabilidad social no reduce ni escatima esfuerzos. Todo se complica para seguir adelante... hasta el más mínimo comentario, con intención o no, hiere, indica un error y conlleva una carga muy pesada.
Pero aqui sigo... casi imbatible: los golpes de la vida prediseñda son muy duros, pero me niego a caer... no importa cuánto se compliquen las cosas: no importan los placeres que los ídolos de bronce en que se han convertido el tiempo, el círculo social, y la responsabilidad preestablecida de mi prejuzgada condición de ciudadano comprometido, despligeguen ante mis marchitos ojos de cristal.
Qué importa a dónde me lleve este camino... sigue siendo orgásmico el recorrerlo.
De una u otra forma, infranqueable o moribundo, seguiré forjando mi propio destino...