La Utopía del Balance
Algo que definitivamente hay que amar de esta nueva filosofia espritual que abrazo actualmente, es el hecho de que no te exige la entrega total de tu ser para permitirte seguirla. Mis ideas son distintas, mis opiniones un tanto radicales y - ooooh! por todos los santos de todas la religiones - mis deseos son infinitos (¡¡los profundos, los elevados y los cochambrosos!!).
La nueva apertura de mi vida me permite observar a través de mis marchitos ojos de cristal, la vida y la muerte, su importancia e intrascendencia, desde ángulos a los que mi visión jamás hubiera llegado.
De una u otra forma, armando un licuado de influencias siderales, terrenales y de inframundo, aqui sigo, en pleno Dharma.
Sin embargo, (ooh señor, señor: ¿por qué nos flagelas con los sin embargo?) comienzo a pensar que existe una conspiración supraterrenal hacia mi encantadora persona...
En el camino me volví a topar con esa exquisita figura apuntando al futuro cercano llamada MIEDO... miedo que, por motivos que no se asomaban anteriormente, amenazan los clavos de mi cama...
Que alguien me responda: ¿por qué si ni las divinidades externas ni los demonios internos han podido parar mi conversión de seguidor a forjador de Destinos...
...por qué ha de hacerlo la salud?
Tengo miedo... tengo miedo que un desajuste físico destruya todo lo que mis propios demonios no han logrado todavía...
¿Es acaso el equilibrio la utopía de toda balanza de vida?